Si con cada lágrima que te llore, lloro fuera de mi un recuerdo tuyo lloraré hasta mi sequía salvo quizás por una última lágrima. Y de esta última lágrima surgirá tal vez un tú acuático más solemne que tu propio tú. Y recordandote o viviéndote de nuevo quedaré inmersa en una marejada o en un abismo o una tromba marina.

Por ahora lloro, sin saber realmente si quiero recordarte o ahogarte en el fondo de mi mar.


Comentarios

Entradas populares de este blog