Permanezco enfrascada en tu mirada hueca, conjurada por el vacío que nos lanza a la distancia inminente. Y bailamos al ritmo de una música átona, silentes, como sintiendo nostalgia de una historia que nunca se contó porque nunca comenzó a escribirse.
Dentro, muy en mis mares, siento olas para tí porque escucho su batir
Comentarios
Publicar un comentario