Una tarde de mucha lluvia y mucho ocio se sentó en el suelo con un libro grueso. Hora tras hora se dedicó a examinarlo con escrutinio. Y ahí, en el Diccionario de las Cosas que Quedan por Explicar encontró una página que le volvió loca. No lloró ni tampoco grito como nunca más volvió a ser una persona.
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En este y otros planos
Toca, con un dedo las aguas del tiempo, vete sumergiendo mas lento que lentamente, como si te estirases hacia el infinito. Mójate del universo para que tengas estrellas por ojos desdóblate en este plano y en el otro y en el otro y en el otro para que puedas bailar y viajar de aquí a allá de aquí a allá de aquí a allá. Inquieto avispón, siempre fuiste tan fugaz y hoy, te estrechas exponencial en un cielo raso.
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