Fantasmas plañideros

Hay tardes como esta, que la brisa se cuela por la ventana y también
se cuelan los sollozos. Se cuelan bailando y dando vueltas. Luego se
posan detrás de mis oidos y permanecen quietos. De repente retumban.
De repente se aferran a  mí. Y están como pintados en la piel. Si los
escucho demasiado me ahogan pero tarde o temprano floto. Si los ignoro
se infiltran sin darme cuenta y entonces pareciese que quisiera
estallar.

Hay tardes y hay mañanas como ésta. Hay días enteros. Hay veces que es
la vida misma la que entra y sale por la ventana.

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